31/8/08

EDGAR ALLAN POE



EL CUERVO

(fragmento final)


XVIII


Y el cuervo inmóvil, fúnebre y adusto

sigue siempre de Palas sobre el busto

y bajo mi fanal,

proyecta mancha lúgubre en la alfombra

y su mirada de demonio asombra...

¡Ay! ¿Mi alma enlutada de su sombra se librará?

¡Jamás!

RAINER MARÍA RILKE



PRIMERA ELEGÍA DEL DUINO

(fragmento)


¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes angélicas?

Y aun si de repente algún ángel me apretara contra su corazón,

me suprimiría su existencia más fuerte.

Pues la belleza no es nada sino el principio de lo terrible,

lo que somos apenas capaces de soportar,

lo que sólo admiramos porque serenamente

desdeña destrozarnos.

Todo ángel es terrible.

RAINER MARÍA RILKE



DER PANTHER


Su mirada se ha cansado de tanto observar

esos barrotes ante sí, en desfile incesante,

que nada más podría entrar ya en ella.

Le parece que sólo hay miles de barrotes

y que detrás de ellos ningún mundo existe.


Mientras avanza dibujando una y otra vez

con sus pisadas círculos estrechos,

el movimiento de sus patas hábiles y suaves

va mostrando una rotunda danza,

en torno a un centro en el que sigue alerta

una imponente voluntad.


Sólo a veces, permite en silencio,

la apertura de los cortinajes que ocultaban sus pupilas;

y cruza una imagen hacia adentro,

se desliza a través de los tensos músculos

cae en su corazón, se desvanece y muere.

RAINER MARÍA RILKE


CANCIÓN DE AMOR


¿Cómo sujetar mi alma para

que no roce la tuya?

¿Cómo debo elevarla

hasta las otras cosas, sobre ti?

Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,

en un rincón extraño y mudo

donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.


Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,

nos une, como un golpe de arco,

que una sola voz arranca de dos cuerdas.

¿En qué instrumento nos tensaron?

¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?

¡Oh, dulce canto!

WILLIAM BLAKE

SERIE DE "EL DRAGÓN ROJO Y LA MUJER REVESTIDA DE SOL"

DIE NUMER DER BESTIE IST 666

LEONARDO

EL DAVID

MOISÉS


LA PIEDAD

BERNINI, UN ESCULTOR PARA QUIEN PARECÍA NO EXISTIR LA LEY DE LA GRAVEDAD

ÉXTASIS DE SANTA TERESA

DAFNE Y APOLO



DAVID

MÁS CAPRICHOS DE GOYA






LOS CAPRICHOS, DE GOYA






VINCENT VAN GOGH, PINTOR DE BOTAS







WILLIAM BLAKE


Yo vi una capilla toda ella de oro

Donde ninguno osaba entrar,

Y afuera una multitud aguardaba llorando,

llorando, de luto y adorando.


Vi una serpiente elevarse

entre los pilares blancos del pórtico

Y forzó, forzó y forzó,

hasta arrancar las bisagras de oro


Y sobre las dulces losas

incrustadas de perlas y rubíes brillantes

se estiró con toda su largura viscosa

hasta llegar encima del ara blanca.

Vomitando su veneno

Sobre el pan y el vino.

Y entonces entré en una pocilga

y me tumbé entre los cerdos.